En enero de este año se formó, oficialmente, el Frente de Universidades Privadas (FREUP). Los eternamente excluidos – o autoexcluidos- de la discusión en política universitaria se empezaron a organizar. El objetivo: hacer escuchar su voz. Es un grupo pequeño, integrado por estudiantes de las universidades: Inca Garcilaso de la Vega, Antonio Ruiz de Montoya, Telesup, Alas Peruanas, César Vallejo, San Martín y San Andrés. Sus medios son limitados y la mayoría, a falta de Centros Federados o siquiera representantes, ha formado colectivos, mediante los que representan a sus universidades.

A todos les preocupa qué va a pasar con sus universidades al derogarse el Decreto 882, que establece la educación como un servicio con el que se puede hacer negocio. Para Stevens Principe, secretario del FREUP, de darse de derogatoria de este Decreto, se chocaría con la Constitución, que promueve el lucro en la educación universitaria. Al declararse inconstitucional el decreto finalmente no se derogaría y se mantendría el mismo esquema. Otro aspecto que preocupa al Frente, todavía más, es la casi nula participación de sus compañeros en el tema.

El FREUP ha comenzado a realizar talleres para exponer la problemática de las universidades particulares. Stevens Principe, secretario, afirma que “dejando de lado cualquier ideología personal es necesario promover la participación.” Y con ese pequeño punto han comenzado. Porque se apruebe o no la nueva ley Universitaria, ellos dejarán su posición sentada. Hasta el momento, las universidades particulares no han sido tomadas en cuenta en el debate de la Ley. Incluso, en la Asamblea Nacional de Estudiantes, ANADES, de las 140 universidades particulares, solo estuvieron presentes la Universidad Católica y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya- la segunda como espectadora. Al no haber Federados en las otras particulares, su participación se ha visto limitada. Aún, así, hay colectivos con ganas de discutir cómo les afecta la ley.

Dos historias de frentes estudiantiles

Stevens Principe, de la Vallejo, es el secretario del FREUP. En su universidad el reglamento no contempla representación estudiantil alguna, como en la mayoría de particulares. Sin embargo, él es parte del Frente Universitario César Vallejo que se formó a raíz de los problemas con las pensiones y que denunció ante Indecopi las irregularidades en los pagos.

En su Universidad, da la sensación de que te castigan si hablas de política. A la mayoría de estudiantes les da miedo el tema, prefieren guardar sus lapiceros al final de clases e ir a trabajar o salir a fiestas. Por eso, César Acuña mantiene sutilmente vigilado al Frente. 

El tema de la Ley Universitaria se discute en voz baja; muy poco en los salones, sino, más bien, en el jardín o en el pasadizo más alejado, como si fuera una conspiración. Acuña jamás se imaginó que en medio de tanto discurso empresarial, surgiría en su propio territorio un colectivo que le diga no al lucro educativo. El FREUP ha permitido darle mayor legitimidad a este grupo.

Del otro lado, está Samuel Calderón, encargado de Comunicaciones del FREUP. Es el presidente del Consejo Estudiantil (COES ), de la Ruiz de Montoya. El sistema de representación en su universidad es un híbrido. No hay federado, pero sí una Asamblea Universitaria y tercio estudiantil, además, de representantes de facultades. El COES está sujeto a un organismo mayor, Bienestar Estudiantil, coordinado por un docente.

A diferencia de la Vallejo, en la Ruiz la política universitaria es algo que se discute en conversatorios y ponencias. La mayoría de estos espacios son organizados por los propios estudiantes. También, está el Colectivo La Ruiz que discute temas políticos, pero no es el único grupo interesado en esos temas, hay otra pluralidad de voces. Sin embargo, el tema de la Ley tampoco ha pegado mucho en la Ruiz, como lo demuestra la mediana asistencia a los debates en torno al tema. Pero entre los alumnos, hay una sensación de que algo está pasando. Samuel Calderón afirma que “la FREUP es un espacio de articulación para las universidades particulares” y Stevens Principe le da la razón.

El Frente es un primer paso para que se acabe con esa indiferencia frente a las demandas estudiantiles, que ha caracterizado a la mayoría de universidades particulares. La misma razón de ser de ellas: generar utilidades, establece una cierta indiferencia ante las problemáticas sociales. Además, poseen muchos obstáculos para que se articulen al movimiento estudiantil –comenzando porque en la mayoría no existe representación reconocida . Sin embargo, allí están los grupos organizados, buscando debate y propuestas.